para descargar este audio click aquí
MENSAJE SÁBADO 03/06/2017
Por el Hno. Gabriel.-
Introducción
1°Corintios 10:16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?...
Este versículo fue el que inspiro a la construcción de este mensaje; aquí se nos menciona al pasar que hay una Copa que nos imparte una enorme y sublime bendición por medio de la muerte de Cristo, y a su vez se nos dice que es una Copa que nosotros bendecimos en el sentido que jamás nos cansaremos de agradecerle a Dios por ella. Pero ¿cómo llego esta copa a nuestras manos? ¿Cuál es el trasfondo o contexto de esta historia? Eso es precisamente lo que abordaremos con esta meditación.
Contexto y Desarrollo
Mateo 26:36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní (prensa de aceite), y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
Lucas 22:41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. 45 Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; 46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.
Tantas veces he leído estos pasajes y aun considero no comprenderlos en profundidad. A lo largo de su ministerio Jesús demostró tener poder para enfrentar la braveza del viento y del mar y sosegar ese poderío (Mt 8:23-27) [la violencia de la naturaleza no era un problema para él], se paro frente a endemoniados que tenían fuerza descomunal para romper grillos y cadenas sin embargo con su autoridad los subyugó (Mr 5:1-20) [la fortaleza de las huestes espirituales enemigas no representaban ningún problema para él], se paro frente a las diferentes enfermedades y reprendiéndolas huían de su presencia (Lc 4:39) [las enfermedades no eran un obstáculo en su ministerio], se paro frente al mismo Satanas y con el poder de su palabra lo sometió a sus órdenes (Mt 4:10-11, 12:29) [el príncipe de las tinieblas no podía detenerlo], le dio órdenes a personas que habían muerto y éstos inmediatamente salieron caminado del sepulcro (Jn 11:43-44) [la muerte no representaba un estorbo para a él], hablo con denuedo frente a las autoridades y nadie podía resistirle (Jn 7:45-46), refiriéndose a su vida dijo; Juan 10:17… yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar…
Pero por primera vez en el jardín de Getsemaní algo desconcertante está sucediendo con Él, está entristecido y angustiado sobremanera, literalmente le dijo a sus discípulos: “mi alma está muy triste hasta la muerte”… luego mientras oraba con gran agonía e intensidad su cuerpo empieza a sufrir una “hematidrosis” (sudor con sangre) nunca antes había experimentado la debilidad física, su carne estaba exenta de afecciones y enfermedades porque no tenía pecado, pero por primera vez su carne experimenta un debilitamiento físico, esta orando con agonía y del griego esta palabra tiene que ver con “lucha, contienda” esta oración que Él está haciendo en Getsemaní es como un combate que está sosteniendo con todas sus fuerzas. En la carta a los Hebreos refiriéndose a este evento se reporta; Hebreos 5:7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aquí las palabras “ruegos y suplicas con gran clamor” tienen que ver con “gritos”, [¡Si hermanos!] Él esta orando con lagrimas y en parte con gritos en ese jardín llamado “Prensa de aceite”, y la tensión de tal oración agonizante hace que los capilares subcutáneos de su piel se revienten y empiece a sudar grandes gotas de sangre, probablemente su presión sanguínea estaba desbordada, su corazón como si estuviese por reventar (varón de dolores experimentado en quebranto). En otras ocasiones había llorado y había sentido tristeza (Jn 11:35, Lc 19:41, 13:34) pero lo que sucede esta vez en el jardín de Getsemaní es diferente, dicho de otro modo, lo que realmente ocurrió allí está más allá de nuestra comprensión, no nos damos una idea de lo que verdaderamente sucedió allí aquel día…
La pesada copa en su mano
Orando Jesús dice; Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa, el evangelio de Marcos registra; Abba Padre, todas las cosas son posibles para ti, ¡aparta! de mí esta copa, entonces Jesús tiene una copa en sus manos, tanto como que Él tiene que beberla como que también va a ser derramada sobre Él, pero esa copa no es suya, sino es la copa de la ira de Dios destinada para todos nosotros, todos nuestros castigos de manera particular están concentrados en esa copa de ira, pero en ese momento (en la dispensación de los tiempos) está en manos de Jesús, y antes de beberla y de que ésta caiga sobre Él, pregunta; Padre, si no es tu voluntad arranca esta copa de mis manos, porque estoy a punto de renunciar a mi santidad y ser envuelto por el pecado ajeno, voy a ser separado y cortado de Ti, tomare el lugar de los malditos y cargare con la maldición de todos, seré aplastado con tu castigo y beberé del cáliz amargo de tu ira, solo si esa tu voluntad…
En ciertas ocasiones cuando Él oró los cielos se abrieron y una vos celestial respondía a sus oraciones (Jn 12:28 Mt 17:5, 3:17), pero esta vez los cielos permanecieron en silencio, nada sucedió aquella noche, no había otra forma de expiar los pecados ajenos, la copa de ira que Dios preparo para sus enemigos seria derramada sobre su propio Hijo, Él bebería el castigo particular de cada uno de nosotros puesto en esa copa, millones de millones de formas de castigo diferentes estaban trazados en esa copa, la cruz fue simplemente el medio visual de la ira de Dios, pero nadie podrá explicar jamás lo que en verdad experimento Él el día de su muerte en la cruz.
Su angustia en aquel jardín no tenía nada que ver con el temor carnal de los azotes y burlas, o con los tormentos sicológicos de la cruz, de hecho en varias ocasiones anuncio su muerte en la cruz sin ningún temor, pero ahora estaba bebiendo el cáliz de ira de Dios, bebiendo el juicio de Dios, esta bebiendo el sufrimiento, dolor, agonía del furor implacable del Juez Justo sobre la maldad. Esa copa nuca fue preparada pensando en Él sino pensando en nosotros, pensando en nuestra aniquilación por causa de la maldad, todas aquellas maldiciones proclamadas en el monte Ebal (Dt 27:11-26) [Maldito el que practica la idolatría en oculto, maldito el que deshonra a su padre y a su madre, maldito el que acciona contra su prójimo, maldito el que hace errar a los ciegos, maldito el que hace injusticia con la viuda y el huérfano, maldito el que comete adulterio y fornicación, maldito el que se ayunta con animales, maldito el que comete incesto, maldito el que daña a su prójimo, maldito el que recibe soborno, maldito el que trasgrede la ley] todas estas maldiciones que identifican el pecado de los hombres estaban concentradas en esa copa y fueron derramadas sobre el Hijo del Hombre, el Cristo de Dios, destinado para recibir tal ira.
Entonces no se trataba de que Jesús estuviera angustiado y con cierto temor porque los hombres lo humillarían y finalmente lo matarían clavándolo en una cruz (muchas personas morían en la cruz en aquel tiempo), se trataba de algo muy superior, se trataba de beber el cáliz de la ira de Dios y ser separado del Padre. Nosotros que nacimos en pecados separados naturalmente de Dios no nos damos una idea de lo que significo para el Cristo sin pecado hacerse pecado por nosotros sufrir la ira de Juez Justo, experimentar la muerte por todos y separarse del Padre (2°Co 5:21).
No estaba en manos de Satanas esta copa de ira, no fue Satanas quien mato a Jesús en aquella cruenta cruz, como algunos piensan que se trataba de la hora de las tinieblas (Lc 22:53), ¡Dios lo mato! derramando sobre Él todo el peso de la ira divina a fin de redimir a los escogidos.
Isaías 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros…
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
La ira de Dios
Entonces toda esta situación en Getsemaní no se trata de otra cosa sino de la ira de Dios, y aunque no llegamos a comprender el peso de esa copa, solo podemos acercarnos a una leve descripción de ella por medio de lo que las escrituras mismas expresan del cáliz de la ira de Dios;
Jeremías 10:10 Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.
Jeremías 7:20 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.
Salmo 75:8 Porque el cáliz está en la mano de Jehová, y el vino está fermentado, Lleno de mistura; y él derrama del mismo; Hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán todos los impíos de la tierra.
Sofonías 3:8 Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.
Nahúm 1:5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. 6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿Y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden (rajan, rompen, quiebran) las peñas.
Estas citas describen solo una porción de la potencia del cáliz de la ira de Dios frente a la rebelión, los que bebieron en esa ocasión de esta copa no permanecieron en pie sino que fueron destruidos, nadie pudo resistir ni soportar su furia y su ira, ningún hombre quedo en pie después de ella, nadie sobrevivió a ese cáliz de ira temporal. Pero ahora Jesús en Getsemaní tiene en sus manos la copa de ira que concentra el castigo final de todos los pecadores, el castigo no solo para una nación o para una determinada ciudad, sino para millones de personas que habían luego de creer en Él, una inmensidad de personas como un mar de gente que están rogando que alguien ¡por favor! se interponga entre ellos y Dios, porque Jehová viene con su cáliz para destruir a los pecadores, y su palabra para nosotros de alguna manera son como las que presenta el profeta Nahúm cuando Dios va a destruir una ciudad (Nínive);
Nahúm 3:5 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza. 6 Y echaré sobre ti inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como estiércol.
El mediador
¡Heme aquí contra ti! tales palabras no generan otra cosa sino terror en nosotros, porque ¿quién podrá resistirle? ¿Quién será aquel que se anime a pararse frente a Él y recibir el cáliz de su mano?
Entonces es aquí donde se abre el telón de Getsemaní, y vemos a un mediador presentándose ante el Juez a fin de sustituirnos, a fin de mediar por nosotros, ningún otro abogado en el mundo se atrevería a representarnos en esa corte celestial, pero Él es un abogado diferente, tomaría de la mano del Juez la copa de todos nosotros la y la bebería por nosotros, y de ese modo dejaría satisfecha la ira de Dios y a toda una incontable multitud de almas legalmente justificadas para heredar la vida eterna. ¡Gloria a Dios! ¡Bendito Aquel que intervino por nosotros! ¡Alabado sea Jesús el Cristo nuestro eterno Salvador!
1°Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
2°Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Juan 18:11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?
Intercambió su sangre por la nuestra, heredo nuestra muerte y nos hizo herederos de su vida, bebió nuestra copa de muerte y nos dio a beber de su copa de vida, se puso entre el Juez y nosotros y recibió la estocada de muerte, el aguijón de la muerte fue enterrado en su pecho, el sepulcro alzo su voz y clamo a gran voz ¡victoria el Cristo ha muerto! y su alma descendió a las partes más profundas de la tierra (Ef 4:9, 1°Pe 3:19). Día caliginoso fue aquel, lleno de oscuridad y tinieblas, y las últimas palabras que pronuncio antes de morir fueron;
Consumado es…
Mateo 27:46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Te desamparo porque fuiste encontrado culpable de toda la maldición cometida por la humanidad, encontrado culpable por toda clase de mal e infracción cometida por los hombres, encontrado culpable de transgredir cada uno de mis estatutos de manera constante y desenfrenada… Te desamparo a Ti para poder amparar a otros que no tiene posibilidad…
Juan 19:28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. 29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. 30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre (como una prefigura del amargo cáliz de ira), dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
¡Consumado es! Que expresión de profunda tristeza, pero a su vez también ¡Que expresión tan gratificante!, gratificante para los que fuimos justificados por medio de Él; es un manera de decir; –¡se termino! la copa de ira que tanto terror nos causaba está vacía, fue derramada sobre la tierra y ni una pizca de ese sufrimiento nos salpico, sino que cada gota de ella fue bebida por nuestro Salvador Jesús el Cristo, ya no hay mas expresión de ira departe de Dios hacia nosotros, sino que ahora nos mira con aceptación y amor por causa de haber sido declarados “justos” por medio de la muerte expiatoria y sustitutiva de su propio Hijo–
Cómo vamos a corresponder tan sublime acto de amor y misericordia, que podemos dar para compensar aunque sea un céntimo de su amor; ¡nada! nada hay en nuestras manos que pueda de alguna manera retribuir algo de tan grande obra, nunca tuvimos un obsequio para darle (Despreciado y desechado entre los hombres, y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos), y si algo le dimos gustosamente fue nuestra copa de ira, la cual acepto y arrebato de nuestras manos y la bebió por nosotros, y a cambio nos dio su copa de gracia, copa de sangre que testifica en los cielos y en la tierra que nuestro castigo finalmente se cobro la vida que tanto demandaba y ahora la cuenta esta saldada, lo que a su vez implica también que somos coherederos la vida…
Ahora tiene sentido aquel pasaje del libro de Números 14:18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable;
¿Cómo haría Dios para combinar misericordia y perdón sobre los pecadores y a su vez no tenerlos por inocente porque son culpables? La respuesta es Cristo, lo hizo por medio de Cristo, nos mostro su misericordia y perdón por medio de imputar nuestras culpas en los lomos de su propio Hijo Jesús, y derramar sobre él todo el peso de la justicia divina de manera que ningún culpable sea declarado inocente. Amor e Ira, Juicio y Misericordia, Culpabilidad y Perdón, Condena y Liberación, Sentencia y Justificación, todas ellas convergen en Cristo.
La copa de gracia y bendición
“Mi copa de ira por su copa de gracia”, este es el título del mensaje, que busca exhibir también su indescriptible e insuperable Copa de Bendición y Copa de Salvación para todos los que por la gracia de Dios hemos de creer en Él.
1°Corintios 10:16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?...
Salmo 116:12 ¿Qué pagaré a Jehová Por todos sus beneficios para conmigo? 13 Tomaré la copa de la salvación, E invocaré el nombre de Jehová.
¡Vaya gracia! con la que fuimos bendecidos por Dios, ¡Vaya Copa! que recibimos de Él, Copa llena de sangre; Sangre preciosa, sangre invaluable, sangre divina, sangre de pacto, sangre de promesa, sangre de justificación, sangre de gracia, sangre de vida. No hay mejor bebida para la humanidad que la que ofrece su copa, si su copa fuera una fuente deberíamos correr apresuradamente a beber de ella cada día. Jesús mismo dijo que el que no come su carne y bebe su sangre no tiene parte con Él (Jn 6:56), y todo aquel que de ella tome tiene vida eterna. ¡Oh que el Señor nos atraiga en pos de ella cada día! Que esa copa se aferre a nuestras manos para no soltarla nunca. ¿Cuánto vale es pacto? ¿Cuánto vale esa copa? Se dice que la vida terrenal no tiene precio, cuanto más una vida eterna en los cielos con Cristo. No hay mayor bendición que haber recibido de Él esta copa de gracia, porque por medio de ella nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, para la alabanza de la gloria de su gracia (Ef 1:3). Si nuestra copa fue muerte su copa es Vida, si nuestra copa fue ira su copa es Amor.
La suerte de los que rechazan la copa
Por último permítanme contar el final de la historia, este Mediador que bebió nuestra copa de ira y cargo con nuestros pecados enfrentando la muerte por nosotros, finalmente resucitó, y tal como las profecías y los salmos anticipaban pasado tres días Él fue librado de la muerte;
Salmo 16:10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
También parte del Salmo 18: 9, 15, 16 y 17 declara; Inclino los cielos y descendió, los abismos de las aguas y los cimientos del mundo quedaron al descubierto por su reprensión y el soplo de su nariz, y me tomo, me saco de las muchas aguas, me libro de mi poderoso enemigo… Fue el Padre el que lo mato y fue el Padre el que lo resucito (1°Co 15:15).
Levantado de los muertos fue exaltado hasta lo sumo y se le dio un Nombre que es sobre todo nombre, y al sonar de su Nombre toda rodilla de lo que está en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra se doblara y toda lengua confesará que Jesús el Cristo es el Señor (Fil 2:9-11), ahora reina hasta que todos sus enemigos sean puestos al estrado de sus pies y todos aquellos que no bebieron de su copa de gracia serán torturados con la copa de ira que no quisieron soltar.
Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Romanos 1:18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
Apocalipsis 6:15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
¡Ay! de aquellos que no fueron bendecidos con la copa de gracia de nuestro bendito Salvador, y también ¡Ay! de aquellos que habiendo bebido de la copa escupieron y despreciaron su sangre.
Conclusión
Hebreos 10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
Somos llamados a una vida de entera gratitud a Dios por medio de Cristo, nuestros ojos cada día no deberían enfocarse o distraerse en otra cosa que no sea Él, no hay mejor bendición que ésta que obtuvimos de su copa, y seriamos unos necios si permanecemos inmutables ante tan grande y loable verdad. Lo menos que podemos hacer es rendir nuestras vidas a Cristo y ofrecer nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable como nuestro culto racional (Ro 12:1). Si Él tan solo nos hiciera probar una sola gota de aquella amarga copa de furor sería suficiente para derribarnos en tierra y quedar postrarnos ante Él rogando por clemencia y misericordia, pero le plació librarnos por completos de ese cáliz, y tal conocimiento debería compungir nuestro corazón a diario.
Hebreos 12:3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Los cristianos del primer siglo cambiaban radicalmente el curso de sus vidas luego de comprender la verdad del evangelio, sufrieron por la defender y anunciar esta verdad, murieron confesándola y proclamándola, pero abandonaros este polvoriento mundo dejando una marca para la gloria de Cristo… Ahora es nuestro turno, es hora de imitar a Cristo, es hora de ser su Iglesia…
La paz del Señor Jesucristo.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario