EL CULTO FAMILIAR Parte VI: LAS PRÁCTICAS DEL CULTO FAMILIAR

 



Este va a ser nuestro penúltimo artículo referido
al tema “El Culto Familiar”, no pretendo extenderme mucho por capricho ni tampoco deseo ser mezquino en su desarrollo para evitar aburrirlos, pero considero hasta aquí haber vertido razones y argumentos suficientes para crear en todo padre cristiano una conciencia de lo urgente y necesario que es recuperar el culto familiar. Los primeros artículos fueron a modo de prescripción médica, solo la receta de los remedios necesarios, lo que sigue con este articulo podría considerarse las indicaciones o posología de dichos remedios, y precisamente esa va a ser la dirección del artículo de hoy, brindar algunas indicaciones prácticas de cómo llevar adelante un culto familiar: “Las Prácticas de un Culto Familiar”

En nuestro artículo anterior (parteV) hicimos referencia al “Culto Familiar” como una “disciplina” que ejercitará a nuestros hijos y a toda la familia en la piedad, y dijimos también que si no hay entrenamiento no podemos pretender ser buenos atletas de Cristo… y esto es verdad aún desde el sentido común, porque si nosotros como padres no vivimos lo que predicamos ni profesamos lo que creemos entonces nuestros hijos no tendrán ningún parámetro ni ejemplo vivo de lo que es el verdadero “temor a Dios” y el sincero “amor a Cristo”.

Entonces está más que claro que el culto familiar debe hacerse (aún desde el sentido común), pero ¿Cómo lo hago? ¿Cómo empiezo? ¿Qué digo? —¡Tranquilo hnos.! — Aquí van algunas indicaciones. Si han tomado conciencia de esta gran tarea primeramente deben orar, empiecen orando por las noches y en las mañanas (los esposos) por la entera guía de Dios para esta noble labor, hagan esto por lo menos por dos semanas, y luego tracen juntos cómo será la práctica del culto familiar. Como ayuda aquí les brindo algunos parámetros que sirven como guía:

El culto familiar en la práctica debe contener oración de todos los miembros de la familia, y si algún integrante aún no sabe orar ¡pues bien, es el tiempo de enseñarle! Debe haber un espacio de lectura bíblica, en este sentido recomiendo que escojan un libro de la biblia (uno de los evangelios) y lleven una lectura por capitulo en cada reunión dando lugar también a las preguntas que surjan del tema en cuestión. En lo posible se debe tener también un tiempo de alabanza con algunos cánticos (dos como mínimo) que toda la familia sepa y pueda entonar. La duración de todo el culto familiar es relativa, pero considero que entre 30 a 45 minutos estará bien.

En principio la rutina de culto familiar por lo mínimo debe hacerse una vez a la semana, luego de un tiempo (seis u ocho meses) sumar un día más y así hasta la mayor cantidad de veces que esto pueda sostenerse. El culto familiar debe estar presidido en primer térmico por el padre, quien debe prepararse para esta labor, haber leído con anticipación en la semana y luego sentarse con su familia y compartir la enseñanza. Es indispensable que haya oración, un hogar sin oración es un hogar sin techo expuesto a todo tipo de peligros y amenazas. Ahora, si el hombre por alguna razón no puede llevar a cabo esta labor de forma consecutiva, entonces que la esposa de llevar adelante esta labor con los hijos, pero de ningún modo debe faltar el culto en la familia.

Tengo que advertirles que no será fácil los primeros meses, van a experimentar frustración y ganas de abandonar, les parecerá que no funciona y que esto no es para ustedes, pero eso es lo que justamente desea satanás, pero no se dejen vencer, no se desanimen, oren mucho a Dios. Por otro lado, entiendo que también no es fácil para algunos padres tener algo bíblico para compartir o enseñar, pero la constancia y la práctica irán puliendo esa virtud en ustedes, mientras tanto pueden ayúdense con otros libros como buenos devocionales que les enseñe a reflexionar sobre la palabra de Dios ¡Vamos hermanos! ¡Es un desafió con una victoria garantizada por medio de Cristo!

Colosenses 3:16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.

No te pierdas nuestro último artículo de este tema…

Hno. Gabriel.

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